La Playa del postiguet beach, entre las ondulantes costas de Alicante, un trocito de paraíso. ¿Qué más se puede desear que sentir la arena acariciar los pies mientras se reflexiona sobre el sentido de la vida? Este es uno de esos lugares que te liberan. Es como entrar en una postal donde el agua puede ser de un azul zafiro y el cielo confesar mensajes secretos al mar.
Casi se puede oler la sal en el aire mezclándose con el aroma de la paella recién hecha a unas cuadras de distancia. ¿Aún no estás lleno? ¿Alguna vez has tenido tanta hambre que el romper de las olas parece una mentira insignificante comparada con la tentadora llamada de la comida española? Existe la idea de que las tapas alimentan el alma más allá de la necesidad de alimento. Y por un instante, con una bebida fría en la mano, todo cobra sentido.
La playa está llena de un derroche de colores y vida. A un lado, amigos animan una pelota de voleibol y en el aire se escucha el sonido de las risas sobre la conversación. Los niños a la orilla del mar muestran todos los planos, articulando como arquitectos cerca del mar, mientras sus padres observan con esa extraña mezcla de orgullo y frustración desde la distancia. Todos vieron los sueños infantiles destrozados mientras una ola perdida transforma una obra maestra en una tumba acuática. La tristeza se transforma rápidamente en otros dramas enfermizos representados en la arena.
Ahora, sal y estira las piernas por el paseo marítimo. Aunque esté repleto de vida y distracción abrumadora, hay belleza en todo lo que te rodea. Las actuaciones de artistas callejeros cobran vida con sentimientos. Y hay un flujo constante de música en el aire, que choca con el centro de la ciudad. Esto es poesía en movimiento con la bailarina; tienen a la multitud embelesada. Un silencio se apodera de la multitud y tu ritmo se adapta al de ella.
Más que un lugar para tomar el sol o chapotear, el Postiguet se extiende a la trama de las historias tejidas por quienes se han sentado a observar en silencio sus orillas, a veces deseando que el sol tardara un poco más en desaparecer. Aquí, el tiempo se vuelve confuso. Aunque corre más rápido que las gaviotas, esos segundos se extienden como sombras justo antes de que llegue la noche. Así que, disfruta de todo lo que te ofrece: días de sangría y simplemente observar a la gente. Simplemente, quédate en la playa. ¿No has sentido la paz que irradia? ¿Volverás mañana?